Puedes tener una voz melodiosa, pero si no sientes la música, es difícil que transmitas esas emociones a tus oyentes |
La música tiene el poder de transformar la comunicación en arte, al igual que un verdadero artista tiene la capacidad de transmitir su mensaje a través de la voz, el lenguaje corporal, las expresiones y el manejo en escena, para así centrar la atención del espectador en él.
¿Por qué es tan importante saber trabajar esas tres herramientas de la manera correcta? Hay una cosa en particular que todo artista en escena debe tener siempre en cuenta: su público. Nunca subestimes a tu audiencia, ni tampoco des por sentado lo que pueda interpretar sobre lo que realmente quieres transmitir.
El público lo percibe todo. Desde una mala posición, la falta de emoción al cantar, o una mala proyección de voz. Por ello, es importante aprender a proyectar tu talento al combinar estos tres elementos y usarlos a tu favor.
La personalidad de tu voz
Antes que cualquier cosa, es imperativo que te hagas una autoevaluación con respecto a tu voz. Para poder ser un gran cantante, debes estar consciente de tu capacidad vocal y practicar diariamente para mejorar e ir superando tus límites.
En este aspecto debes trabajar la afinación, el ritmo, la pronunciación o dicción, la respiración y la fuerza de tu voz. Todos estos elementos engloban la técnica vocal, y es fundamental que perfecciones cada uno de ellos para descubrir la personalidad de tu voz.
Sea canto lírico o popular, la voz debe interpretarse como un personaje. El buen uso de los matices, el brillo, la cadencia y la coordinación en la respiración, son el fruto de una práctica diaria y constante que, además de escucharse muy armonioso, hará que tu público sienta una fuerte conexión con el sentimiento que deseas transmitir.
El movimiento y lenguaje corporal
El aspecto físico de tu presentación puede ser igual de importante que la capacidad de tu voz. Una vez que logras conectarte realmente con la melodía que debes cantar, tu siguiente paso es interpretarla con tu postura y los movimientos de tu cuerpo.
Si es una canción suave y romántica, evidentemente los movimientos deben ser sutiles, suaves y que denoten seguridad y pasión. En cambio, si es una canción que se oriente a ritmos latinos, el movimiento de caderas y unos cuantos pasos al ritmo de la música, puede animar a tu audiencia rápidamente.
No olvides tus expresiones faciales. Cuando creas un vínculo entre tu manera de expresarte y la melodía de la canción, instantáneamente tus músculos faciales actúan y muestran tus emociones, que son 6 principales: felicidad, sorpresa, tristeza, miedo, ira y desprecio, pero pueden ser más que esas.
La puesta en escena
Este es el momento en el que demuestras todo tu talento, integrando tu inteligencia emocional con tu talento musical, para dar el mejor espectáculo.
Es recomendable practicar cada uno de los aspectos mencionados anteriormente por separado para luego combinarlos. Algo que muchos artistas no reconocen es que, cantar y lograr canalizar emociones fuertes puede ser agotador, en especial las canciones que conmueven o que tienen una gran importancia para el artista por su significado.
Aprende a proyectar tus sentimientos a través de tu voz, a la vez que lo integras con tu lenguaje corporal |
Apasiónate por lo que haces y transmite toda tu buena energía al público que quieres llegar. No olvides escuchar “Tú La Tienes Que Pagar” de Aisha Stambouli y cuéntanos a través de las redes sociales qué te hace sentir, ¡y canta con nosotros!
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